domingo, 20 de septiembre de 2009

Viejita amada

Me vi sentada sobre la tibia arena,
de la asoleada playa de mis ensueños
observé a lo lejos la silueta sinuosa
de ese mar en movimiento que eres tu,
dejé vagar mis recuerdos en facetas pasadas de mi vida
y una sonrisa se dibujó en mi rostro
recordando momentos de alegria y alborozo
junto a la mujer que hizo de mi lo que ahora veo,
en su momento no lo vi, no me di cuenta,
y hoy sentada sobre esta tibia arena
veo con claridad tu maternal cuidado,
se que en tu vientre no habité,
pero en tu regazo me recibiste,
te rechacé, me sacudí, me rebelé,
y que, igual tu marchaste delante de mi
para que mis ojos te vieran
y despertara mi razón en tu figura
para que yo absorviera cual paño
de algodon puro el dulce néctar
de tu amor tardío, para que tratar
de llegar a oceanos insondables,
si dios te puso en mi camino
así desnuda, sin máscaras ni disfraces vistosos
que podrían haber engañado a mis ojos
me mostraste la verdad, y yo aún así
me sacudí, me rebelé
borbotaba dentro de mi la semilla del mal
con la que fuí engendrada
producto de malignos y morbosos placeres
torrentes de despreciable lujuria
que llevé dentro de mi por siempre,
no quería entender cerrando mi razón,
no quería escuchar cerrando mis oídos
no quería aprender cerrando mis ojos,
pero aquí estoy viejita amada
mirandote con otros ojos ahora
una piedra creo hubiera obedecido
a una orden antes que yo,
me rebelé mucho lo sé,
porque muchas de las arrugas
que hoy surcan tu rostro
se formaron por mi causa,
pero siempre estuviste y aún estás
en pie de lucha estás, sosteniendo
un emblema en alto, quién puede
decir que no fuiste madre
quién puede decir que no conoces
el dolor de parir¡quién!
¡yo lo desmiento! no lo saben
porque el amor que tu derramas
es como bendición divina
para quién no conoció amor de madre
si es que la tuve, se que soy cruel
pero es la verdad, porque pienso que
la que no parió es mejor madre
y doble madre que la que parió
porque la que parió en lo más profundo de su ser
tiene guardado el rencor del momento vivido
y se lo saca en cara al hijo
pero la que no parió lucha doblemente
para sacar adelante un amor que no siente
pero cuando nace se hace tan grande
que nos desaparecemos ante el,
viejita amada no temas y reposa
en lo que me enseñaste,
ahora lo veo con claridad
perdon si en su momento mi juventud,
mi inexperiencia, me impidió ver
que tu siempre estas ahí
como lo que eres ¡MI MADRE QUERIDA!
Escrito x Doris Marquez

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