miércoles, 9 de septiembre de 2009

Rocio

Una gota de agua pequeña muy pequeña
que acaricia mi rostro al amanecer
es tan pequeña que apenas la noto
pero sacia mi sed temprana
de ardorosos amaneceres
calma el ardiente calor de mis ojos
que solo lo siente y no la puede ver
de tan diminuta que es,
cojo con mis manos los pétalos suaves
de la flor mas hermosa y ahí está
suave, silencioso, dulce y acariciante
sobre la superficie tersa y aterciopelada
de campos color esmeralda
que refulgen como millones de estrellas
en un universo sin fin
para correr por el experimentando
a su ligero contacto
tu suave y fresca caricia
humedeciendo y alimentando
al germen de la vida,
al germen del amor
al germen de mis sueños
que me llevan como los
pajarillos que al volar
a lo lejos te divisan
y agitan sus pequeñas alas
para llegar a ti, porque así
sentiran tu amor y tu dulce canto
al refrescar sus sedientas gargantas
para poder saltar, correr y elevar
sus amorosos trinos a nuestro
divino creador.
Escrito x Doris Marquez

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