domingo, 27 de septiembre de 2009

Mi primera cita


Salí de mi casa sumamente asustada,
no sabía como era aquello,
¡era mi primera cita!
mis amigas que ya habían experimentado
ese dolor me decían que tuviera
cuidado porque eso dolía mucho
y que iba a sentir dolor por varios días,
sin embargo yo le había prometido ir,
dejé a un lado el miedo, me armé de
valor y me resigné, ¡pase lo que pase!,
en el camino me latía fuertemente el corazón,
muchas ideas acudían a mi mente
y un escalofrío se apoderó de todo mi ser,
al llegar al sitio convenido, ¡huy que suspenso!
me encontré frente a él,
era un hombre de unos 25 años, de rostro
simpático y varonil, su voz era suave
y deliciosa, con mucha amabilidad me
tomó del brazo y me condujo a una habitación
discretamente amueblada.
primero me invitó a sentarme y luego a
recostarme, un sudor frío corría por todo mi
cuerpo, y un terrible miedo se apoderó
de mi, comprendiendo él mi estado de ánimo
me inspiró confianza y me dijo que era
bastante práctico en tales menesteres
y por tanto que me mantuviera tranquila
y me dejara llevar.
Poco a poco se me fué acercando y cuando
estaba en posición más o menos cómoda
colocó sus manos suaves en mirostro
y me dijo palabras consoladoras
para deshechar todos mis temores,
cuando me tranquilicé un poco,
me introdujo algo duro, ¡cerré mis ojos!
¡apreté mis manos lo más fuerte que pude,
me movía pero él no me dejaba........
y así pasaron varios segundos
que me parecieron siglos.........
sentía un dolor insoportable.........
y salió un poco de sangre...........
solté el llanto y al fin le dije
angustiada ¡por favor sáquelo de una vez
que me está doliendo mucho y no me haga
padecer más!
después de algunos minutos de reposo el
dentista amablemente me mostró el diente
que tanto me hacía sufrir
y al despedirme me deseó mucha felicidad.
una paciente.
Escrito x Doris Marquez

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